sábado, 18 de febrero de 2012

Hacerse oír







Es difícil en estas fechas, en las que tanto en los informativos como en la calle, así como en Facebook, Twitter y en el resto de las redes sociales no se habla de otra cosa que de la respuesta estudiantil y pacífica a los recortes que el gobierno de Rajoy  y el de la Generalitat Valenciana están  imponiendo sí o sí, escribir de otra cosa. Te lo pide el cuerpo. 
La respuesta estudiantil y pacífica violentada por las cargas de la Policía que sigue órdenes de la Autoridad a quien compete darlas o no, está siendo una muestra clara de que la gente se está hartando, de que la población quiere salir de su letargo y mostrar su "cabreo" de alguna manera. De que los ciudadanos en general , y en este caso concreto estudiantes de Valencia, no ven otra salida que  poner el grito en el cielo, manifestarse y dejar claro a los  Gobiernos Central y Autonómico que  no, que no van a admitir ya tanto recorte en la educación. Que no toda la Juventud está adormecida, que pocos en este País están a lo que "gusten mandar" 
Estos días atrás han sido estudiantes dispuestos a llevarse algún palo que otro y se los han llevado.  Mañana, pasado, o al otro serán estudiantes y trabajadores, parados y familiares y no servirán de nada los palos y los empujones. Ni las patadas.
No aplaudo la violencia por ninguna de las partes y no creo que ninguna de las partes la busque, la quiera, o la vaya a proponer,  pero hay un "rum, rum" claro de hartazgo sólo desahogable con manifestaciones pacíficas, con muestras de descontento, con pancartas con lemas de justa queja y con palabras en tono alto para que el ciudadano pueda hacerse oír. No tienen otro espacio que la calle porque , al parecer, no se sienten representados como debieran.

























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